Slow deco y el movimiento slow life: la mejor forma de mejorar tu salud y reducir el estrés

¿Sabes lo que es la tendencia slow deco? Si aún no la conoces, no pierdas de vista este artículo. Puede que te ayude a hacer pequeños cambios en tu hogar y en tu rutina que hagan que mejore tu estado de ánimo y modifiques tu forma de afrontar los problemas.


Pero empecemos por el principio. El movimiento slow life hace referencia paralela al movimiento slow food (forjado en Italia en la década de los 80 frente a la proliferación de establecimientos gastronómicos “fast food”, aunque ese es otro tema).


Slow life o Slow living surge de la profunda reflexión sobre el estilo de vida que la mayoría de nosotros llevamos (sobre todo en occidente), y que perjudica silenciosamente nuestra salud.


Esto engloba priorizar el trabajo por encima de todo, llevar un ritmo de vida acelerado en donde queremos llevar todo para adelante: deporte, hijos, ocio, consumo, alimentación, etc.

 


Podemos ciertamente afirmar que más que un estilo de vida se ha convertido en una filosofía que ya muchos practican y que se basa en ser conscientes del día a día, vivir el momento y disfrutar de las pequeñas cosas.


¿Y qué tiene que ver esto con la decoración y nuestro hogar? Pues en realidad, tiene mucho que ver. En casa llevamos a cabo toda nuestra vida privada, pero eso no quiere decir que bajemos el ritmo en ella.

 


Slow life para vivir con lo justo y necesario

El mobiliario, la decoración, incluso la iluminación, pueden hacer que lleves en casa un estilo de vida slow con el que conectar contigo mismo y practicar esta filosofía. Para empezar, una de las premisas de esa filosofía es evitar el consumismo, adquirir lo meramente necesario y deshacerse de aquello que no necesitamos.


Una idea muy buena para relajarnos y centrarnos en una única actividad es disponer de un espacio de donde realizar manualidades, pintar, llevar a cabo proyectos diy, etc. que luego podrás utilizar para decorar tu casa y disfrutar de ellos.

 

 

 

Consumo de proximidad y comercios locales

Otra premisa del slow life es promover el comercio local y los productos de proximidad. Por lo que si estás pensando en comprar muebles en Málaga, por ejemplo, qué mejor que hacerlo en Bandera Vivar, que es más malagueña que Chiquito de la Calzada o Antonio Banderas y que, además, lleva más de 60 años dando vida a miles de hogares en nuestra ciudad.

 

Las tecnologías tienen un papel MUY secundario

Para llevar una vida realmente slow, es recomendable desconectar de las tecnologías. Es cierto que pasamos largas horas frente a la pantalla, ya sea la del ordenador, el teléfono móvil o el televisor. Pero si realmente quieres llevar a cabo un cambio de hábitos en casa, úsalas en los momentos que realmente las necesites.


Y con ello queremos decir: un sólo televisor en casa (en el salón, por ejemplo) es suficiente. Para llevar el movimiento slow deco a tu hogar prescinde de pantallas en la cocina, el dormitorio o de aparatos electrónicos.

 


Slow deco y la madre tierra

La slow life decoración tiene mucho que ver con materiales naturales, que nos llevan a los orígenes, como la madera, la tierra o las plantas. Rodearse de plantas y centrar tus energías en cuidarlas, mimarlas y verlas crecer, te hará sentir mejor, meditar y detenerte en los pequeños detalles.


Del mismo modo, intenta pasar algunas horas del día en casa sin ruido de fondo. Apaga la radio, el televisor o la música y simplemente escucha el sonido natural que envuelve tu hogar.

 

 


Slow food y la importancia de la cocina

La cocina es una estancia fundamental del movimiento slow life. Para disfrutar al 100% de ella, compra productos locales y cocínalos tú mismo con amor. De este modo te estarás dedicando a una única tarea, viviendo el momento de forma totalmente consciente y disfrutándolo al máximo.


Olvídate de las comidas precocinadas y rápidas. Cocina tus propias recetas y come sin distracciones, disfrutando de cada bocado.

 


Claves definitivas para una casa con decoración slow

Apuesta por espacios diáfanos, bien iluminados (si puede ser con luz natural, mejor) y poco recargados. Recuerda que en el movimiento slow menos es más. Prescinde de tabiques, muebles altos y paredes copiadas de cuadros y baldas.


Los muebles y la decoración fabricados con elementos naturales como la madera, el ratán, la caña, el lino, etc. aportan la calidez y tranquilidad que necesitas.


Los colores neutros y el blanco invitan a la calma. Recomendamos combinar los diferentes tonos neutros, como el arena, beige o crudo con el blanco. Además de transmitir paz, también creará esa sensación de amplitud y luminosidad que hará que quieras pasar largas horas en casa.

 


La decoración minimalista y sencilla funciona muy bien con el slow life. Es decir, muebles simples, con pocos cajones, pocos colores, y con una función bien definida.


Como ya hemos comentado anteriormente, cuantos menos aparatos electrónicos, mejor. Diseña espacios en donde puedas dejar la mente en blanco, como rincones con butaca o mecedora, rodeada de libros, alfombras y plantas.


Puedes llevar el slow deco a todas y cada una de las estancias de tu casa: dormitorio juvenil, cocina, dormitorio principal, incluso pasillo. Cualquier espacio es bueno para poner en marcha una vida más tranquila y relajada y que el resto de la familia sienta el efecto slow también.

 

Si todo esto de la slow deco te suena bien, prueba a llevarla a cabo en tu casa. Practica la Bel far niente y verás cómo tu nivel de estrés disminuye, tu salud mejora, y disfrutas de tu hogar al 100% de forma consciente.

 

 

Aquí te dejamos esta práctica checklist para que la apliques en tu día a día y te pases al lado slow. ¡Guárdala y compártela!

No olvides dejar tu comentario aquí abajo. Cuéntanos tu experiencia con el movimiento slow life y ayuda a otros a practicarlo. ¡Te leemos!

 

 

 

 

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